Los objetivos de la fase 1 de la Dieta Dukan
SÓLO HAY UNA CONSIGNA: LO QUE ESTÁ AUTORIZADO LO ESTÁ A VOLUNTAD
En muy poquito encontrarás una lista de alimentos autorizados. Son para ti, los puedes consumir a voluntad. De los demás, olvídate por el momento.
Asegúrate de beber al menos 1’5 litros de agua al día. Bebiendo más tendrás la sensación de estar «ocupado» y sentirás antes la saciedad. Orinarás mucho, porque como no tienes la costumbre de beber tanto, tus riñones se verán obligados a abrir las compuertas y a eliminar. Muy pronto sentirás una gran ligereza: ¡se te afinará el rostro, los anillos se te resbalarán de los dedos!
LA FRONTERA DE LOS 3 PRIMEROS DÍAS
El régimen de ataque aprovecha el factor sorpresa: el cuerpo tendrá que adaptarse a una nueva alimentación.
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Primer día de régimen:
Es un día de adaptación y de combate. Desde luego dejas la puerta muy abierta a numerosas categorías de alimentos habituales y sabrosos, pero la cierras a muchos otros que consumes habitualmente. Para poner en marcha el régimen, elije preferentemente un día en el que puedas descanar y alimentarte como se te antoje: el principio de un fin de semana puede ser ideal, pero ya verás lo qué es lo que más te conviene según el ritmo se la semana.
La sensación de restricción será muy fuerte durante los tres primeros días. Para paliarla y cruzar la frontera encargate de llenar la nevera de alimentos autorizados. Así podrás aprovechar plenamente las posibilidades de este régimen que, por primera vez, permite comer » a voluntad» alimentos tan densos y preciosos como la carne de vaca o de ternera, pescado de cualquier tipo, incluyendo el salmón ahumado, el atún en lata, el abadejo, el surimi… Las ostras, los langostinos, los huevos revueltos, la infinita gama de productos lácteos bajos en calorías, jamon de york sin grasa ni corteza, sin olvidar el flan casero light, ¡Elije! Así pues, el primer día come tanto como quieras. Sustituye las calidades que faltan por la cantidad.
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El segundo día:
Durante los dos primeros días puedes sentirse uan ligera fatiga, con menos resistencia para los esfuerzos prolongados. Tu cuerpo ha sido «tomado por sorpresa» en el curso del régimen de ataque se consume sin resistirse. Por lo tanto, no es el momento de imponerle gastos energéticos intensos. En este periodo hay que evitar los ejercicios violentos y los deportes al aire libre.
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Apartir del tercer día
Cesa la fatiga, que suele dar paso a una impresión de euforia y de dinamismo que fuerza aún más los mensajes de ánimo que te anuncian la báscula. El habre desaparece. Esta desaparición sorprendente está ligada a la liberación creciente de los famosos cuerpos cetónicos, los disuasores naturales del hambre más poderosos. También puede ser debida al hastío de quienes no son unos apasionados de la carne y el pescado: la monotonía tiene un efecto intenso sobre el apetito. El hambre canina y las complusiones de azúcar desaparecen después de este tercer día.
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Una pérdida de peso decisiva
Verdadero disparador psicológico y sorpresa metabólica, esta fase de ataque te permitirá perder deprisa y bien el máximo de peso que tu cuerpo puede eliminar durante este breve periodo. Incluso te llevarán una gran sorpresa.